“La desesperación es del
humano, no del ser que nos guía a la libertad.
Cuando todo parece estar
quieto es cuando el movimiento es doble, por el simple hecho de que estamos
removiendo viejas estructuras, viejos dogmas, ya sea de vidas pasadas o de la
educación con la cual nos alimentamos.
Pero, déjenme decirles que
todo lo que hoy somos viene desde antes. Solamente basta con ver qué nos pasa
hoy en sentimiento, pensamiento y acción.
Aquí y ahora, podemos crear
todo lo que deseemos: la vida nos va a poner delante lo que debemos sacarnos
para poder llegar al Gran Éxito de lo que hayamos creado.
Es por ello que, debemos
hacernos cargo de lo que alguna vez dijimos que íbamos a hacer, porque todo lo
que somos en personalidad es la cantidad de luz que yace libre de cadenas en
nuestro interior.
Nosotros escogimos pasar por
todo lo que pasamos en las experiencias humanas. Antes de nacer las reglas y
leyes se nos fueron puesta delante por los sabios, enseñándosenos cada paso. Los
sabios, que son sirvientes de la ley, dan servicio para que los espíritus
individualizados cumplan con su deber.
Asimismo, los seres que deciden experimentar sirven al amor para que el
Creador pueda cumplir con su objetivo, así sea por la ley del karma, ley de vibración,
de magnetismo o de polaridad.
Me refiero a que los que
experimentan cumplen con el plan divino de perfección, mientras que los sabios
cumplen con el plan pero desde el “sostener", es decir, tiene que ver con
mantener la dirección y el camino por el cual los que experimentan tiene que ir
para cumplir.
Por eso, cuando elegimos a nuestra familia en determinada
vida, es para evolucionar unidos.
Justamente, es el lugar donde uno puede
encarnar con su otro par, es decir con su reflejo.
Nuestra personalidad viene
desde mucho antes que tuviéramos la encarnación en estos tiempos. Todo lo que
hoy somos no es la causa de los padres o madres sino que somos el efecto de
nuestra propia causa, y la causa de nuestro efecto.
Tomando conciencia de esto
podemos comenzar a liberarnos completamente, pidiendo liberación al fuego
sagrado de la trasmutación que quema, consume y disuelve para siempre todo lo
que no sea perfecto.
Cuando hablamos de la
“ilusión”, lo hacemos muchas veces como si nos pesara la palabra o si fuera
triste lo cotidiano. Justamente, amando la ilusión, la mismísima ilusión se
libera a sí misma.
Démosle todo nuestro amor a
la ilusión porque el amor libera; uno lo integra en el ser y, a partir de ese
instante, la ilusión y el espejismo dejan de existir.
Por esto es que debemos amarlo
todo: porque el amor ama al amor.
Sólo en ése momento, la
ilusión y los procesos son honrados como lo que son: parte de ese gran amor que
nos invitó a vivir la existencia; lo que fue instaurado para convertirnos en
maestros de las energías.”
Gracias a todos por estar y ser parte.
Emir Salazar.-
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